Dada mi incapacidad para poner titulos algunas veces, y harto de poner títulos del estilo de: "la blabla" y "el puagpuag"; probablemente los próximos títulos no se correspondan para nada con el cuento. Pero quien sabe. Quizá algún otro escritor de los que leen esto sea capaz de sacar alguna historia de alguno de ellos. Por lo que los títulos en lugar de describir lo que viene a continuación, intentan aportar dosis de imaginación. Espero que así sea.
Estaba bastante cabreado con el mundo aquel día. Los niños no dejaban de dar voces, su mujer se había ido a hacer unos recados y todavía no había vuelto y para colmo habían desaparecido las tijeras ahora que iba a ponerse a arreglar la lampara. Un desastre.
Empezó buscando por la cocina, tendría que estar en alguna parte. Los niños seguían gritando, asique optó por su táctica más común e intercaló los gritos de “¡Estaos quietos!” con “¡Al final me va a tocar ir y os enteráis!” a los cuales los niños bajaban el tono para seguir gritando otra vez de nuevo.
Miró los cables que tenia en la mano, podía intentar cortarlos con un cuchillo, pero sería demasiado lento y ademas luego hacer el empalme se complicaría. ¡En buena hora le dijo a su mujer que no necesitaban un electricista!. Se subió a la escalera y miró atentamente la instalación de la bombilla. No, no había cambiado nada desde la ultima vez que la vio, y no tenia pinta de arreglarse sólo.
Ruth, la niña, pegó un gran gritó que casi le hace caerse de la escalera.
- ¡QUEREIS CALLAROS DE UNA SANTA VEZ!- Dijo mientras iba a bajar de la escalera. - ¡ESTOY TRABAJANDO AQUÍ, COMO ME HAGAIS IR OS VOY A COGER DE LOS PELOS Y NO SE LO QUE OS HAGO!
Las voces cesaron. “Valgame Dios”, pensó para sus adentros. “Entre Ruth y Eduardo no se como puede pensar en tener otro más... Si ya no hay quien los controle a veces, ¡y eso que solo tienen 6 años!.
De pronto todo el anterior griterío se convirtió en aplausos y carcajadas. Asique decidió bajar de la escalera a ver que ocurría. Eso era más extraño que los llantos y las voces. Abrió la puerta de la habitación de los niños, y allí los vio. No le quedó otra que llamar corriendo a su mujer.
Maria tardo cinco minutos en recorrer la distancia que separaba la galería comercial de su piso y abrir corriendo la puerta.
-¿¡Qué ocurre!?- Dijo al entrar ella en la habitación de los niños.
-Miralo tu misma... - Dijo un compungido marido.- Los deje solos y cuando me quise dar cuenta … yo... yo …
María no salía de su asombro. Allí, en la alfombra, mientras se acercaba a Ruth, vio a Eduardo con las tijeras en la mano. “Ha sido sin querer” dijo Eduardo mientras Maria se acercaba a Ruth. La cogió por la cabeza. La giró a ambos lados diciendo.
-¿Cómo puedes haberle cortado el pelo con esas tijeras en capas? - María no salía de su asombro. - Aunque lo de darle mechas con acuarela no me termina de convencer.
-¿A qué esta más guapa? ¿Verdad mama? - Dijo Eduardo- Pues al principio no se dejaba cortar el pelo … yo creo que no me quiere...
-Si esta guapa si – Dijo el padre. Y dirigiéndose a la madre le dijo mientras salia de la habitación. - Ya ves, tenemos un nuevo peluquero en casa. Por cierto, me llevo las tijeras.
Y mientras salía se dio cuenta de la variedad de peinados que tenían todas las muñecas en casa.
2 comentarios:
Yo de pequeña jugué una vez con mi hermana a las peluqueras (debíamos tener 4 años). Le llené el pelo de jabón e hice mucha espuma. Cuando le dije a mi madre que mi hermana estaba lista para ir a jugar al parque,casi le da un soponcio al verla. No supo valorar mi creatividad...
Creo q no me gusta mucho que el título y el cuento sean independientes. Aunque a mí, al leerlo me ha venido a la cabeza un globo rosa en forma de elefante y eso es muy infantil, así que a lo mejor si tiene relación...
Estas madres que odian nuestra creatividad! :) por cierto, me ha hecho mucha ilu ver 3 comentarios juntos esta noche! :) bieeeeen jejeje. Creo que abandonare lo de poner titulo aleatorio... lleva a error xD
besotes y gracias por los comentarios!!! :) (sobretodo el critico-destructivo! ) :)
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