Después de mucho tiempo sin publicar nada y en plenos exámenes. Un relato corto que quizá se merecía algo más.
Mi relato y yo nos entendemos.
- ¿Por qué?
El silencio que antes había sido para tomar aire, se lo estaba quitando todo de golpe.
- Yo…
-Tú nada. – Dijo ella mirándole fijamente a los ojos mientras acercaba su cabeza a la de él. – ¿Por qué no me besaste aquella noche?
Él estaba tan cerca que sentía el aire de sus palabras.
- Yo te lo digo: No tuviste cojones. Nunca has dado un paso sin pensarlo mil veces – Le dijo susurrando mientras se levantaba y se ponía su abrigo. - Eres un cobarde.
- ¡Espera!
Ella habló desde la puerta del bar sin volverse.
- No. – Una larga pausa. - Ahora sigue con la vida que nos obligaste a tener.
La puerta indicó el final.