miércoles, 25 de noviembre de 2009

Una pareja de SMCuentoS

Escritos hace tiempo y antes de que los borre o mi móvil muera (cosa que con mi relación con la tecnología y demás aparatos, es probable), un par de nanocuentos de 160 caracteres escritos a golpe de dedo :)

Cuando les dscubrió bsandos n aqella cncurrida plaza, la sorpresa se la llevó él. Al tirar ls 6 rosas n la basura se abrieron puertas d las q nunca tuvo la llave. (4-Mayo- 2008 2:24)

Y aquí el segundo. Mi favorito.

1 ciudad. 1 estación. 1 tren. 1 pareja. 1 despedida. 1 caricia. 1 abrazo. 1 lagrima. 1 silbato. 1 beso. 1 vagón. 1 ventanilla. 1 adios. 1 historia. 1 recuerdo. (4 - Mayo - 2008 17:21)

Se ve que para mi el 4 de Mayo es el dia de los SMCuentoS. No sería mala tradición. ¿Alguien más se atreve a escribir uno de 160 caracteres?

martes, 24 de noviembre de 2009

Click

¡Qué util sería!

El dolor de cabeza no remitía, y llevaba ya varias horas así. Harto de luchar contra aquel enemigo invisible que se burlaba de él desde dentro de si mismo decidió acabar con todo de una vez.

Cogió unas tijeras, un espejo, una maquinilla, y se puso a trabajar.

En media hora ya había eliminado todo el pelo de su cabeza, ahora ya solo faltaba lo más importante, asique dejo las herramientas y comenzó la segunda fase de su misión.

Empezó a tocarse milimétricamente toda la cabeza calva. Bajo desde la frente hasta la coronilla, mirando incluso detrás de las orejas, pero no vio aquel interruptor que buscaba. Entonces se dijo:

-¿Si yo fuera Dios, dónde lo escondería?- Se volvió a mirar en el espejo e instantaneamente vio el pequeño saliente. Su felicidad fue enorme. Ahora ya solo tendría que pulsarlo.

Con mucho cuidado y una sonrisa de oreja a oreja: ¡Click!

Se que era previsible... pero, ¿No sería maravilloso ocasionalmente?

martes, 17 de noviembre de 2009

Carmen Laforet

Cómo se nota los días que estoy inspirado...











... Y los que no.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Tranquilidad

Qué distintos son los cuentos desde que en tu cabeza vas pensando ideas hasta que te pones a escribirlos y al final los ves plasmados sobre el papel la pantalla. Auque algunas ideas iniciales se pierdan.
¡Y qué diferentes son tambien las interpretaciones!
La distinferencia como diría yo.

Él viento le daba en la cara mientras la velocidad crecía a cada momento.

Era justo lo que necesitaba. Olvidarse de todo, atreverse a hacer algo que nunca hubiera probado, sentirse una mota de polvo en el universo. Una mota de polvo sin problemas, sin preocupaciones, sin sinsentidos.

Iba a coger un cigarrillo del bolsillo cuando se dio cuenta de que no los llevaba, los había dejado en el asiento; en el bolsillo tan solo estaban las llaves de su casa y el Mp3. Daba igual. Disfrutaría del paisaje: El verde y el azul se mezclaban con el amarillo y el marrón dando una especie de arcoíris cuatricolor. Le gustaba aquello. Los colores se acercaban cada vez más y más e incluso llegaba a distinguir pequeñas cosas.

Relajarse… ¿Cuántas veces le habían hablado de esa palabra? Ahora que lo descubría (de una manera muy poco ortodoxa) no quería q esa sensación acabase. Incluso las ganas de fumar desaparecían. Se dio la vuelta y miró hacia el cielo. El avión que hace un momento estaba sobre su cabeza se había desplazado a su izquierda, y las nubes tapaban al sol produciendo un bonito efecto con sus rayos. Puso sus manos entrelazadas bajo su cabeza. ¿Por qué no habría hecho eso antes? Respiró hondo y se permitió el lujo de cerrar un momento los ojos. Se sentía tan cómodo, tan ligero…

¿Ligero? ¡No podía ser! Dio un salto en el aire y se tocó la espalda. ¿Por qué le tenía que pasar esto a él? ¡Y justo hoy! Volvió a darse la vuelta. Y miró de nuevo hacia abajo. Ahora el tiempo parecía ir mucho más rápido para estar en su contra. Maldito tiempo.

Pensó: “En fin” y sacó el MP3 del bolsillo y se puso los cascos en los oídos. Mientras elegía una canción y el suelo se acercaba más y más a él, permaneció tranquilo. Le gustaba esa sensación y no pensaba echarla a perder el poco tiempo que le quedaba.

Sonrió. En sus oídos sonaba Requiem por un sueño.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Soledad

En días cómo hoy, se te ocurren cosas cómo ésta.

“Uno se puede sentir sólo aunque este rodeado de gente…”.

La frase volvía una y otra vez a su cabeza mientras se repetía que la cosa iba a cambiar, que no iba a ser así y que todo tiende a mejorar… Pero en aquella oscuridad no era capaz de ver la luz que le indicase la salida.
Al principio intentó gritar. Pateó. Lloró. Y cuando vio que no tenía solución lo mejor que se le ocurrió hacer es… nada.
¿Era posible que nadie le oyera? No, seguro que alguien le había oído. Pero se habrían asustado… La gente no tiene miedo de nada, porque huyen de ello.
Pensó en la gente oyéndole y saliendo corriendo, y empezó a reírse, cada vez y más fuerte, hasta que su voz retumbó por todas partes dentro de su cubículo…

Tan sólo los cipreses y miles de oídos sordos oyeron aquella risa desesperada.