domingo, 24 de enero de 2010

Chivatazo

- ¡Además me voy a chivar a mis padres!

Salí de casa dando un portazo bajando las escaleras a gran velocidad. Desde que tenía memoria siempre había recurrido a ellos para que me ayudasen a tomar decisiones. Y me ayudaban en los malos momentos.

Cogí el coche y tome la avenida del cementerio. Al llegar, me dirigí a donde estaban enterrados. Una pequeña sepultura bajo un alto ciprés me recibió. Abrazándome entre lágrimas a la piedra les dije:

- Mi mujer quiere separarse.

Un trueno sonó mientras el cielo se nublaba.

“Ellos se encargarían de darle su merecido.” Pensó mientras caminaba cerca de las tumbas de sus ex-mujeres.

martes, 12 de enero de 2010

Mírate en el espejo

Uno de estos relatos que escribes, no quieres publicar y con el tiempo toma otra perspectiva distinta (o ese... nosequédequéseyo) y ya puedes publicarlo. Tantos y tantos ejemplos.

- Por favor, pase, pase, ¿Sabe porque está aquí verdad? – El hombre de traje del otro lado del escritorio tenía la cara seria y un tono neutro de voz. Muy tranquilo, como quien sabe que hace su trabajo y que lo hace bien.
- Buenas tardes. No, no lo tengo muy claro. Bueno, una ligera idea… Mire, déjeme explicarme… Yo – Empecé a decir.
- No, no hace falta que se explique. Ya he oído demasiadas veces demasiadas explicaciones. Son siempre las mismas, adornadas con más o menos mentiras y resumidas o con un excesivo análisis. Prefiero omitir eso. ¿Usted realmente cree que podría seguir aquí?
- Bueno… Sé que no es como antes, pero todavía puedo hacer cosas bien. No sé si recuerda el día en que…
- Si, si, todos tenemos algún magnifico día que recordar y espero que lo guarde con mucho cariño. Pero ¿Se ha parado a mirarse alguna vez al espejo?
- Bueno, no suelo…
- ¡Pues debería soler! Mírese en aquel espejo de pie. ¿Qué ve?
- Un payaso.
- No, mírese bien. Mírese de verdad. ¿Ve un payaso? ¿Dónde están los colores? ¿Dónde la sonrisa? ¿Donde la gracia? ¿Lo ve? ¡Ya no eres tú!

Y de pronto la imagen que tenía ante sí cambió. Ya no estaba delante de un espejo lleno de colores con grandes zapatos y nariz rojos, acababan de desaparecer los tirantes, los colores vivos y el pelo de colores. También dejó de ver su sonrisa: una cara sería llenaba su rostro, con unos ojos expresivos que chillaban por intentar dar su opinión pero que no pudieron darla.

En aquel espejo realmente se vio tal y como era. Y no le gustó demasiado.

- ¡Puedo cambiar de nuevo! ¡Volveré a vestir de colores, volveré a sonreír, volveré a ser yo!
- Con eso sólo lograrías llegar a ser un bufón. Has de aceptarlo. Este ya no es tu sitio. Tendrás que dejar el circo. Vete recogiendo las cosas.

Volvió a mirarse en el espejo antes de salir.

“Volveré a ser un payaso y se lo restregaré por la cara mientras doy volteretas en el aire. Volveré a ser yo mismo… pero hasta que ese día llegue tendré que aprender a convivir con el blanco y el negro en que me he convertido… Un triste Mimo callejero”

miércoles, 6 de enero de 2010

Reyes Magos

Y al abrir la puerta, y antes de desilusionarse, pensó que lo que les había pedido a los reyes jamás podrían haberlo envuelto en una de sus cajitas con lazo.

domingo, 3 de enero de 2010

Campanadas

Creo que no hay mejor título para el primer relato del 2010.

Tratratratratratratratratratratratratratratra….

La bola bajaba a toda velocidad mientras todo caía con ella. Aquello sabíamos cómo iba a acabar.

Din-dong. Primer cuarto.

Se levantó de la mesa sin pedir permiso.

Din-Dong. Segundo cuarto.

Le miramos, sorprendidos, no esperábamos que lo hiciera de aquella manera.

Din-Dong. Tercer cuarto.

Salió por la puerta del salón mientras “él” y yo nos mirábamos.

Din-Dong. Cuarto cuarto.

Fuimos tras él, subiendo antes el volumen para oír las campanadas y con las uvas en las manos.

Dooon. Una.

Cogió la maleta.

Doon. Dos.

La abrió metiendo en ella todo cuando caía en sus manos. Sin organización ninguna.

Doon. Tres.

Intentamos convencerle, aunque con las uvas en las manos y en la boca sin poder hablar, era
complicado.

Doon. Cuatro.

Terminó de meter todo cuando tenía, la verdad es que no eran demasiadas cosas a pesar de todo el tiempo que había pasado con nosotros…

Doon. Cinco.

Él intento convencerle para que se quedara, dejando las uvas a un lado e intentando hacerle razonar. No había que irse así, podría quedarse y hablarlo… Yo mientras aproveche para seguir comiendo uvas y mirar la escena desde lejos. Necesitaba la suerte de las uvas y sabía que nada que dijera le haría cambiar de opinión.

Doon. Seis.

Cerró la maleta y nos miró con desprecio.

Doon. Siete.

Abrió la ventana. “No quiero que aquí quede nada que os recuerde a mí. Ni mi olor”.

Doon. Ocho.

Rompió las fotos suyas que había en la habitación. Ya estaban fragmentadas; esto venía de lejos.

Doon. Nueve.

Nos miró, cogió la maleta y nos pidió permiso para pasar.

Doon. Diez.

Nos apartamos. Yo todavía seguía comiendo uvas y miraba extrañado la situación. Pero era algo entre ellos.

Doon. Once.

Se despidió de nosotros. Nos deseó buena suerte y que lo pasáramos bien. Que no le esperásemos y que no volvería nunca.

¡PLOOOOON!. Doce.

El portazo hizo de campanada. Y allí nos quedamos él y yo. Mirándonos, sin saber muy bien que decir. Apenas nos conocíamos, pero tendríamos tiempo para hacerlo. Decidí romper el hielo.

- Antes de todo felicidades. Y espero pasar buenos ratos contigo. Y ahora que el 2009 se ha ido y no piensa volver. ¿Qué planes tienes 2010?

Él me sonrió cariñosamente. Mientras colgaba su foto en donde habían estado las de 2009.

¡¡Feliz 2010 a todos los lectores!! Y espero que a vosotros también os sonria. ;o)
Y como es año nuevo y no me funciona la foto de la parte superior: ¡Tendré que cambiar el diseño del blog.... espero no cargarmelo! xD