martes, 24 de agosto de 2010

Un mal día

Bastante tenía con sus problemas.

Ya harto de ver malas noticias por la televisión y de recibirlas por la radio Arturo Pérez decidió comprar el periódico y hacer una criba. Sólo iba a leer las partes del periódico que no tuvieran la palabra “crisis”.

Pasó por alto la sección internacional y la nacional, no se hablaba de otra cosa. En la provincial también salía la maldita palabra. Cultura, deportes, televisión… Cuando acabó el periódico tenía la papelera llena y dos hojas en la mano.

“Algo que leer para desconectar” pensó mientras descubría que sólo le quedaba en la mano la sección de contactos. Así que decidió que las ironías no solucionarían su problema y cogió el teléfono para llamar a su novia.

Tenían que hablar.


He decidido dejar de lado las postales y cambiar un poco. Y dado que la biblioteca es un sitio inspirador, lo mejor es aparcar los estudios para escribir este relatillo para "Diario de Anonima Mente" que conocí por Acuática. El tema es la crisis. A ver si vuelvo a coger rodaje, que la biblioteca me ha llenado de ideas.

domingo, 22 de agosto de 2010

Postales. ( VI )

Helsinki

7 - Julio -2010

Helsinki es una buena ciudad. Muy tranquila y temperatura agradable aunque por las noches refresca. También es cierto que un hecho hizo que pasase de odiar a esta ciudad a tomarla cierto cariño.

Estaba yo en un bar tomándome una “Vainilla coke” (estupenda por cierto). Y llegó un hombre que debía ser un habitual del bar, ya que conocía al dueño y estuvo hablando con él echándose unas risas (Sí, por muy fríos que parezcan, en Finlandia también se ríen). Y de pronto reparó en mí. Fue una mirada fugaz, como quien no quiere la cosa, pero una vez hubo acabado de hablar con su amigo y después de un par de golpes en la espalda al dueño, se acercó a mi mesa y me preguntó : “English?”, yo asentí. “ Can I?” señalando a una silla. Otro asentimiento, y una larga conversación en inglés. Se notaba que tenía don de gentes.

Lo curioso fue el final de la conversación, después de hablar de todo, me preguntó en que trabajaba. Le dije que en una empresa en España y él me dijo (todo esto en inglés): Sí, yo también trabajo en una empresa aquí en Finlandia. Pero yo te he visto en las noticias y que te están buscando.

Yo me puse nervioso lógicamente al recordar el incidente en Tallin. “Tranquilo, ya te he investigado y sé que trabajas para los buenos, como yo. De hecho también estoy investigando el robo en El Prado. Así que. ¿Qué tal si empezamos a decirnos la verdad? Aquí nadie nos molestará si nos sentamos en aquella mesa. Conozco al dueño y casualmente estarán todas ocupadas en caso de necesidad. Cuéntame.”

Y allí estuvimos, contándonos lo que sabemos…

Fdo: Roque

Pdt: Creo que ahora con una persona de aquí voy a cambiar de turismo cafeteril a gastronómico… ¡Nada como ir con alguien de la zona para comer estupendamente!

lunes, 16 de agosto de 2010

Postales. ( V )

Helsinki

4 - Julio - 2010

Pues aquí estoy. Al otro lado del charquito. Era la forma más rápida de huir y la más sencilla, ya que hay barcos que cruzan continuamente. Recogí en mi casa la maleta que ya tenía hecha para una situación de emergencia. Mis apuntes los guarde en una carpeta y lo metí en la mochila que compré en Tallin. En menos de treinta minutos estaba saliendo del hotel donde me alojaba.

Caminé en dirección al puerto cámara en mano y aproveché para hacer alguna que otra foto. Apenas había hecho turismo en Tallin y con el amanecer tenía una bonita luz. (Sobra decir que cuando un detective tiene que parecer turista, si realmente le sale la vena turista, no tiene que aparentar nada).

Compré el billete en un ferry y tan sólo esperé a que embarcara la gente mientras observaba los que entraban. Ninguno de ellos reparó en mí y la mayoría era gente que habían pasado la noche de fiesta en Tallin o que habían estado un día y aprovechaban para volver pronto a casa (o eso me pareció a mí). Ni rastro del hombre que me siguió.

Y aquí me encuentro. Después de una corta travesía comienzo un nuevo día en Finlandia. En una cafetería carísima y comunicándome en inglés. Mirando el puerto y pendiente de todo a mi alrededor. Parece una ciudad tranquila si no fuera por el mercado de aquí cerca. Espero poder quedarme una temporada aquí antes de tener que “huir” a otra parte. Y así avanzar en mi investigación.

Fdo: Roque.

Pdt: Al ritmo que llevo creo que este verano voy a probar muchos países y muchas cafeterías… Aunque solo…

Pdt: Y sí, me refiero al café.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Postales. ( IIII )

Tallin

3 (o 4) - Julio – 2010

Lo siento por escribirte tan tarde. Sí, sé que no es instantáneo y que probablemente recibas tu postal a la hora de siempre, pero quiero hacerte ver que es bastante más tarde de lo que te escribo normalmente. Y además, es mi postal y la escribo como quiero.

Hoy estaba tranquilamente tomando algo en mi bar, en mi esquina, y en mi sitio como siempre, y la mañana transcurría tranquila. Sus turistas, sus habituales, algunos nuevos… Ya sabes cómo son los bares y las terrazas. Hasta que se ha sentado cerca de mí un hombre que de primeras no me ha llamado la atención, un hombre normal. Demasiado normal. Mientras, yo seguía tranquilo viendo el devenir de los turistas mientras ojeaba algún periódico.

He empezado a sospechar cuando además de permanecer demasiado tiempo en la terraza he visto que leía el periódico de Tallin sin más, cuando hoy cualquier habitante parecía totalmente alterado con la política y la última decisión "parlamentaria" y te daba su opinión si querías escucharla. El camarero ha estado un buen rato hablando conmigo acerca del tema y al acercarse al hombre éste le ha echado con un brusco ademán. Así que no era de allí.

Al fijarme en él con ayuda de un espejo casero (sí, una cuchara, muy visto). He visto que no me quitaba ojo de encima y que además era demasiado normal, casi transparente. Un turista se ve a lo lejos por el ruido y las pintas y los habitantes de aquí siempre van con prisas, se toman un café o una cerveza o algo y se van. Él no. Y no parecía esperar a alguien. Así que empecé a fijarme en cómo no llamaba la atención. Exactamente como yo hubiera hecho, excepto por el incidente del camarero.

¿Sabes que ahora las cámaras espías pueden hacer fotos a una cuchara y aún así enfocar? La cosa es que la cara de este hombre me suena pero no sé de qué…

A partir de ahí te puedes imaginar. He pagado la cuenta, y he tirado por un callejón, donde me he escondido y le he visto pasar buscándome…

Creo que será mi último día en Tallin.

Fdo: Roque.

Pdt: ¿Quién dice que el mundo no es un pañuelo? Y lo que es peor… ¿Cómo me han encontrado?

viernes, 30 de julio de 2010

Postales. ( III )

Tallin

2 – Julio – 2010

Estoy convirtiendo el bar que está más en el centro de esta ciudad en una especie de despacho de relajación. Suelo venir al mismo bar ya que desde aquí se vigila toda la plaza y tiene las mesas un poco más apartadas, así que tengo escapatoria y estoy un poco oculto. Además todas las mañanas compro los periódicos de uno en uno para no levantar sospechas en varios kioscos de la ciudad, así me paseo y puedo ver si alguien me sigue.

Sí, empiezo a ponerme nervioso con las noticias que leo en los periódicos.

Dado que no tienen demasiados datos sobre mí (ni foto… ufff), han decidido decir que pertenezco a una banda de “hombres armados peligrosos y asesinos” ya que el cuadro fue robado con violencia del museo del Prado. Supongo que lo de la banda lo dirán por que menuda seguridad si un museo como el prado puede ser desvalijado por un mequetrefe cualquiera. Pero yo estoy seguro de que así ha sido. Alguien capaz de infiltrarse, apagar las cámaras, matar a 3 hombres de la seguridad sin hacer ruido y sin levantar sospechas, desconectar la alarma y llevarse el cuadro. Alguien inteligente con mucho trabajo detrás. En una banda todo el mundo sabe que se acaban cometiendo errores. Y aquí nadie se ha dado cuenta de nada. Bueno, yo creo haber encontrado un desliz.

Tengo bastante material en un disco duro que me traje de casa y lo estudio un poco en mi tiempo libre. Ahora estoy viviendo en un hotel del centro. Tengo que parecer un turista más. Tampoco se cuanto tiempo tendré que permanecer aquí, pero más me vale empezar a tejer los hilos de la red para hacer caer a la araña.

¡Me tomaré una cerveza a tu salud, ¡aunque solo sea por leerte las postales!

Fdo: Roque.

Pdt: ¿Tu te crees que llevo aquí 4 días y he leído en el periódico que (y cito palabras textuales): “Un raro hecho ha acontecido. Desde hace 4 días no ha muerto una sola persona en Estonia”? Me haría gracia si no fuera porque tengo la sensación de que hay gente que quiere acabar con esa racha…

Pdt2: Y conmigo... (sin sutilezas)

jueves, 29 de julio de 2010

Postales. ( II )

Tallin

1 – Julio – 2010

Conseguí leer algo sobre lo que ha ocurrido. Ayer, después de escribirte la postal y en la terraza aún, mi cabeza se puso por fin a pensar y se me ocurrió ir a un kiosco a comprar un periódico en español. [He de reconocer que me di cuenta cuando la banda que estaba en la plaza se puso a tocar el “Que viva España” y al mirar vi a un turista con el periódico]. Una vez que me acerqué al kiosco y empecé a leer las noticias me empecé a “tranquilizar” en la medida de lo posible y mi cerebro comenzó a funcionar.

Según leí me buscaban por el asunto del cuadro. Curiosamente yo buscaba al culpable y por ello me encontraba en Tallin. El problema es que el cuadro sigue desaparecido (como el culpable) y ahora el culpable era yo… ¡¡¡CON NOMBRE Y APELLIDOS!!! Menos mal que en el periódico apenas tiene datos (ni del crimen ni de nada) y todavía no se habían hecho con una foto y espero no la consigan (el ser detective me ha hecho estar en un segundo plano y mantener oculto muchas cosas… [En el periódico no dicen apenas datos sobre mí, me reiría si pudiera]). Tendré que buscarme una nueva identidad para no levantar sospechas.

Creo que sólo puedo hacer una cosa. Encontrar al culpable. Y espero comprar un portátil o algo para mantenerme informado que los periódicos online pueden serme bastante útiles, así como la búsqueda de información.

Menuda misión movidita…

Fdo: Roque.

Pdt: Ojalá tuviera ya aquí el portátil para buscar como se pide un portátil en estonio, que con el diccionario… Ya verás que risa.

martes, 27 de julio de 2010

Postales. ( I )

Voy a ver si empiezo una nueva "saga" para obligarme a escribir un poquito cada día. A ver si así no abandono esto tanto tiempo. En principio tengo ideas, a ver si tengo tiempo y todos contentos. Espero que guste aunque sea un poco (o que enganche).

Y dado que el blog llevaba "roto" bastante tiempo he cambiado la platilla. Es un poco provisional, pero por lo menos no me desquiciaré cada vez que vea el fondo. Ya os informaré de nuevos cambios. :)

30 – Junio – 2010

Mira de qué forma tengo que recurrir a ti. La única manera de poder comunicarme contigo es el antiguo correo y además el método de las postales para pasar como un turista más.

No sé qué ha pasado. En un día he pasado de ser el detective celebre de la comisaría a tener mi ficha en los despacho de otros detectives con un “Se Busca” encima. Alguien me la ha jugado.

Se que no puedo recurrir a nadie, pero he decidido confiar en ti para ver si me puedes echar un cable. Necesito que me ayudes por la amistad que nos ha unido siempre. Ahora mismo no tengo dirección fija y cómo puedes entender el móvil y el mail no son seguros. Ya encontraré algo.

Según he visto en la televisión me están buscando por algo relacionado con el caso del cuadro que yo investigaba y te comenté la última vez que nos vimos. Pero no entiendo nada de estonio y no sé qué ocurre realmente. Reúne todo lo que puedas y vete metiéndolo en un sobre. Necesitaré que me lo mandes cuanto antes así que estate preparado. Cualquier dato puede ser útil.

Espero salir de esta.

Fdo: Roque.

Pdt: No deja de ser curioso escribirte una postal desesperada desde una terraza de un bar rodeado de gente que disfruta de sus vacaciones...

viernes, 21 de mayo de 2010

Reencuentro

Después de mucho tiempo sin publicar nada y en plenos exámenes. Un relato corto que quizá se merecía algo más.
Mi relato y yo nos entendemos.

- ¿Por qué?

El silencio que antes había sido para tomar aire, se lo estaba quitando todo de golpe.

- Yo…

-Tú nada. – Dijo ella mirándole fijamente a los ojos mientras acercaba su cabeza a la de él. – ¿Por qué no me besaste aquella noche?

Él estaba tan cerca que sentía el aire de sus palabras.

- Yo te lo digo: No tuviste cojones. Nunca has dado un paso sin pensarlo mil veces – Le dijo susurrando mientras se levantaba y se ponía su abrigo. - Eres un cobarde.

- ¡Espera!

Ella habló desde la puerta del bar sin volverse.

- No. – Una larga pausa. - Ahora sigue con la vida que nos obligaste a tener.

La puerta indicó el final.

viernes, 19 de marzo de 2010

Cárcel

Prisionero de su esfera decidió volver a pensar un magnifico plan para escapar de allí. Busco algún rincón con grietas, algún objeto que pudiera usar o quién sabe, alguien que pudiera ayudarle. Estaba solo. Recordaba vagamente haberlo intentado antes y su posterior fracaso, aunque le parecía algo muy lejano. Estuvo toda la noche dando vueltas y más vueltas hasta que al mirar al cielo descubrió la solución. Al día siguiente saltaría el muro. Se acostó para coger fuerzas mientras pensaba en su libertad. Sin embargo al levantarse había olvidado todo. Maldita memoria de pez…

domingo, 14 de febrero de 2010

Cafetería

Aviso este relato ocupa 2 folios. Luego no digaís que no lo avisé.

Porque ¿Quién sabe cuando volveremos a vernos?

Otra vez allí.

Estaba en pie mirando con una mano sobre mis ojos el interior de aquella cafetería como tantas y tantas veces había hecho años atrás. El olor de los pastelillos recién hechos seguía siendo su particular perfume, o al menos así lo recordaba. Por el cristal vio que el lugar no había cambiado demasiado en lo que a clientela se refería: más bien poca y la mayoría solían ser amigos del dueño que charlaban contándose sus historias en la barra. Desde la ventana no había rastro de ella. Decidió entrar.

Tras pasar la puerta y a pesar de los grandes ventanales, el local le pareció más lúgubre que antes. Seguía teniendo sus colecciones de arte itinerante que cualquiera podría comprar en las paredes, las velas con el incienso seguían colocadas en cada mesa, pero le faltaba un toque de brillo con el que lo recordaba. Se sentó en su antigua mesa para esperarla y se puso a mirar la carta de tés y cafés.

Mientras la miraba pensó: “Cómo ha cambiado tod…”

- Parece que fue ayer la última vez que nos vimos aquí, ¿eh? No ha cambiado nada.

Reconoció la voz a su lado y al ver aquella sonrisa el bar pareció iluminarse de repente. Mientras se levantaba para darle dos besos en la mejilla sólo acertó a decir un “Hola, es cierto, no ha cambiado nada”.

Le ayudó a sentarse con un poco de teatro apartándole la silla y haciendo una reverencia al retirarse y ella mientras seguía sonriendo le decía que dejase de hacer el idiota.

- ¿No vas a cambiar nunca?- Dijo mientras cogía la carta de tés aunque sin ni siquiera echarle un vistazo. – Ha pasado ya tanto tiempo que creía que no iba a reconocerte al verte. Y fíjate, sigues igual que siempre.
- Pero bueno, ¿Cómo creías que ibas a verme? ¿Ya con bastón y pajarita? Sólo han sido seis años. Aunque tú cada día estás más guapa.

Un silencio entre ellos dos. Se estaban mirando el uno al otro para actualizar el recuerdo que tenían en mente. A ella los años le habían sentado fenomenal. Sé la veía mejor que nunca, sin maquillarse, cómo siempre había hecho. Él apenas había cambiado.

- ¿Qué tal te va todo? – Dijo ella.- Ah, lo siento mucho por aquel día en navidades. Lo olvidé completamente. Ya sabes: Una llamada del jefe a última hora, encargos de mi madre para reyes y entre unas cosas y otras se me fue. ¿No estuviste esperando demasiado verdad?

“Más de media hora esperándote en la calle porque la cafetería estaba cerrada…”

- Nada mujer tranquila, fue agradable darse un paseo y salir de casa. Me tomé un café y ya aproveche para dar una vuelta por la ciudad como en los viejos tiempos. Casi lo necesitaba.
- Perdonen, ¿Qué van a tomar?
- Para mí un café con leche y dos sobres de azúcar. ¿Sigues tomando el café sólo y sin azúcar?
-Sí. –Dijo con aquella maravillosa sonrisa.
- Pues lo dicho. – Dijo mirándole más a ella que al camarero que estaba apuntando el encargo. Si hubiera sido hace 6 años directamente se lo hubiera traído el dueño sin preguntar. Ya les conocía demasiado. – Y bueno. – Continuó cuando el camarero se alejó. - ¿Qué es de tu vida?

Y allí estuvieron poniéndose al día. Ella contándole todo sobre su vida, sus viajes, su trabajo y su familia. Él absorto en poner imágenes a lo que ella le contaba. Se acabaron el café y pidieron un té. Dejaron de hacer caso a las agujas de los relojes.

-… y por eso he vuelto, aunque mañana me voy a la República Checa. He encontrado un trabajo allí y me mudo. – Su voz cada vez se fue apagando a lo largo de la frase. Sus sonrisas desaparecieron. – Me ha alegrado mucho que me llamaras justo hoy. Porque, ¿Quién sabe cuando volveremos a vernos? Además te la debía por la de navidades.

“Así que si no te hubiera llamado no te hubieras acordado de mí”

- ¿Vas tu sola? O tienes allí algún amigo o…

- Mi novio viene conmigo. Llevamos saliendo tres años. ¿No te lo había contado ya? Creí habértelo dicho antes. Aunque claro ya nos vemos tan poco. Y cada vez nos llamamos menos. Además ya sabes desde que lo dejamos como amigos ya no supe que era lo que debía o no contarte…
- Puedes contarme lo que quieras, ya sabes. – Dijo con esa falsa sonrisa que sonaba tan bien y que de tanto practicarla ya parecía sincera. – Hay gente que siempre está ahí.
- Y tú no me cuentas nada. Hace tanto que no se de ti. Tu seguro que también tienes novia y todo a ver, cuéntame.
- Bueno, pues si quieres que te diga la verdad yo te llame para decirte que…- Un móvil le sacó del apuro.
- Perdón, un momento. – Dijo mientras contestaba el teléfono. – Si. Claro. Ya te lo dije, con un viejo amigo. Sí. Sí. Pues no. ¿Qué? ¿Cómo? ¿En serio? – Miró el reloj. – Madre, es cierto y todavía tengo que prepararlo todo. Sí, pues pásate por aquí, yo ya no tardo nada. Te espero en la puerta. Venga. Gracias. Un beso. Y yo a ti. Hasta ahora.- Colgó el teléfono y lo dejó en su bolso.- Me voy a tener que ir ya -Dijo poniéndose en pie.- tengo que pasar a despedirme de mis padres y terminar un par de maletas. Tenemos que volver a vernos ¿eh? Volveré en Navidades seguramente. O sino cuando vayas a la República Checa. Toma esta tarjeta. Esta es mi dirección y el móvil que usaré allí.

Le dio un beso en la mejilla y salió. Desde la mesa la vio montarse en un coche azul, en el asiento del copiloto, con su sonrisa mientras agitaba la mano para despedirse. Cuando la perdió de vista, el bar volvió a quedarse a oscuras.

Fue a la barra a pagar la cuenta y ya que estaba se pidió una copa. Era tarde y no tenía nadie quien le esperara en casa asique se tomó una copa. Después otra, y otra, y otra más. Hasta que al mirar la tarjeta que tenía en la mano vio el nombre de la pareja feliz y la destrozó en mil pedazos.

jueves, 4 de febrero de 2010

El golpe

Desde aquí quiero felicitar Marina que hoy se nos hace un poco más mayor pero que lleva los años estupendamente :) Que cumpla muchos más y que le guste este relatillo que he escrito hoy (aunque la idea vino en examenes) y que por tanto le dedico.
Y para los que todavia no lo sepan: ¡VISITAD SU BLOG! ;P

La mesa estaba llena de planos, mapas, reglas, bolígrafos y post-it con anotaciones. Las paredes mostraban un eje temporal a lo largo del día con el devenir de las acciones de la gente que allí trabajaba, con diversos datos sobre sus gustos preferencias, y cosas que podrían hacerles demorar. La mesilla de al lado se encontraba llena de tazas de café que había usado y tan sólo restos de azúcar de color marrón hacían compañía a las cucharas que todavía reposaban sobre ellos.

Y en la puerta con un cigarro en la mano, un sombrero de gánster de los años 20 (muy acorde con su personalidad) y en traje se encontraba él. David Stenca, quien llevaba planeando ese golpe algo más de tres meses.

Estaba ultimando los detalles, memorizando las líneas de autobuses que pasaban cerca, las comisarias más cercanas, así como las farmacias, las peluquerías y los quioscos. Todos los dispersos datos de aquella habitación en su mente estaban ordenados. Cerró los ojos, pensó una vez más como sería todo y dio una palmada mientras los abría. “Show must start” o algo así que dirían los ingleses.

Apagó el cigarro, cogió el maletín de una silla en la entrada y miró el reloj. A las 9:54 salió de casa.
Recorrió el camino como tantas otras veces, con el margen de tiempo que se había dado por si se encontraba a alguien y tenía que saludarle. Los vecinos a esa hora no saldrían de casa (tenía también estudiados sus horarios), pero nunca se sabía.

Primera parada un quiosco cercano. Se compró el periódico y avanzó hacia las grandes letras de la entrada del edificio de la acera de enfrente. 3, 2, 1 Verde, dominaba hasta los semáforos.

Entró en el banco como un cliente normal, uno más, pendiente de sus cosas y se puso en la cola del mostrador. Había dos personas delante de él. Quizá no tardara demasiado. Miró sobre sus hombros, al fondo podía ver su botín.

Aguardo la cola mientras el ir y venir de gente era constante (teoría de colas, también estudiado), y miró el reloj: 10:39 estaba a punto.

Cuando llegó a la línea amarilla que le hacía aguardar su turno se empezó a poner nervioso. Y si algo no salía bien, y si algo fallaba. La cajera trabajaba sin ventana acristalada, todo sería más fácil.

- ¡El siguiente!

Su turno. Sólo una pequeña pared les separaba. Abrió su maletín y sacó el objeto de su interior. La cajera miró asombrada.

- Esto para ti - Dijo dándole la rosa. – ¡Y esto me lo llevo puesto! – Dijo mientras se subía en la barra para robarle un beso.

Hecho esto salió del banco corriendo mientras nadie hacía nada para impedírselo y se montó en un autobús que acababa de llegar a la parada. Su corazón latía a mil por hora. Otro crimen perfecto. Cerró los labios. Guardaría aquel botín con todos los anteriores.

miércoles, 3 de febrero de 2010

El fin del mundo...

Este es un relatillo que escribí para elmundo.es que hacía un concurso de relatos. Como para variar no gané aquí lo teneís. :) ¡Y estoy lleno de nuevas ideas ahora que no tengo examenes!

Algunos científicos estaban equivocados.

Habían trabajado durante mucho tiempo en el “Gran Colisionador de Hadrones de Ginebra”. Y todos habían supuesto muchas teorías sobre las catástrofes que podrían ocurrir, pero nunca imaginaron lo que sucedió realmente.

Al probar a máxima potencia el invento, por un descuido de un operario incompetente, la reacción en cadena que se produjo fue tal que durante varias horas la tierra dejo de girar. La tierra detuvo su movimiento de rotación.

La noche fue más larga para medio mundo, mientras en la otra parte el día parecía no tener fin.

Cuando por fin la tierra volvió a girar por inercia y los científicos respiraron tranquilos de nuevo, se dieron cuenta del nuevo problema que se avecinaba. La tierra había salido de su órbita y se estaba produciendo un cambio climático producido por las nuevas condiciones en las que el mundo se encontraba.

Estábamos girando en un planeta sin control.

Ahora todos los científicos estaban confundidos.

domingo, 24 de enero de 2010

Chivatazo

- ¡Además me voy a chivar a mis padres!

Salí de casa dando un portazo bajando las escaleras a gran velocidad. Desde que tenía memoria siempre había recurrido a ellos para que me ayudasen a tomar decisiones. Y me ayudaban en los malos momentos.

Cogí el coche y tome la avenida del cementerio. Al llegar, me dirigí a donde estaban enterrados. Una pequeña sepultura bajo un alto ciprés me recibió. Abrazándome entre lágrimas a la piedra les dije:

- Mi mujer quiere separarse.

Un trueno sonó mientras el cielo se nublaba.

“Ellos se encargarían de darle su merecido.” Pensó mientras caminaba cerca de las tumbas de sus ex-mujeres.

martes, 12 de enero de 2010

Mírate en el espejo

Uno de estos relatos que escribes, no quieres publicar y con el tiempo toma otra perspectiva distinta (o ese... nosequédequéseyo) y ya puedes publicarlo. Tantos y tantos ejemplos.

- Por favor, pase, pase, ¿Sabe porque está aquí verdad? – El hombre de traje del otro lado del escritorio tenía la cara seria y un tono neutro de voz. Muy tranquilo, como quien sabe que hace su trabajo y que lo hace bien.
- Buenas tardes. No, no lo tengo muy claro. Bueno, una ligera idea… Mire, déjeme explicarme… Yo – Empecé a decir.
- No, no hace falta que se explique. Ya he oído demasiadas veces demasiadas explicaciones. Son siempre las mismas, adornadas con más o menos mentiras y resumidas o con un excesivo análisis. Prefiero omitir eso. ¿Usted realmente cree que podría seguir aquí?
- Bueno… Sé que no es como antes, pero todavía puedo hacer cosas bien. No sé si recuerda el día en que…
- Si, si, todos tenemos algún magnifico día que recordar y espero que lo guarde con mucho cariño. Pero ¿Se ha parado a mirarse alguna vez al espejo?
- Bueno, no suelo…
- ¡Pues debería soler! Mírese en aquel espejo de pie. ¿Qué ve?
- Un payaso.
- No, mírese bien. Mírese de verdad. ¿Ve un payaso? ¿Dónde están los colores? ¿Dónde la sonrisa? ¿Donde la gracia? ¿Lo ve? ¡Ya no eres tú!

Y de pronto la imagen que tenía ante sí cambió. Ya no estaba delante de un espejo lleno de colores con grandes zapatos y nariz rojos, acababan de desaparecer los tirantes, los colores vivos y el pelo de colores. También dejó de ver su sonrisa: una cara sería llenaba su rostro, con unos ojos expresivos que chillaban por intentar dar su opinión pero que no pudieron darla.

En aquel espejo realmente se vio tal y como era. Y no le gustó demasiado.

- ¡Puedo cambiar de nuevo! ¡Volveré a vestir de colores, volveré a sonreír, volveré a ser yo!
- Con eso sólo lograrías llegar a ser un bufón. Has de aceptarlo. Este ya no es tu sitio. Tendrás que dejar el circo. Vete recogiendo las cosas.

Volvió a mirarse en el espejo antes de salir.

“Volveré a ser un payaso y se lo restregaré por la cara mientras doy volteretas en el aire. Volveré a ser yo mismo… pero hasta que ese día llegue tendré que aprender a convivir con el blanco y el negro en que me he convertido… Un triste Mimo callejero”

miércoles, 6 de enero de 2010

Reyes Magos

Y al abrir la puerta, y antes de desilusionarse, pensó que lo que les había pedido a los reyes jamás podrían haberlo envuelto en una de sus cajitas con lazo.

domingo, 3 de enero de 2010

Campanadas

Creo que no hay mejor título para el primer relato del 2010.

Tratratratratratratratratratratratratratratra….

La bola bajaba a toda velocidad mientras todo caía con ella. Aquello sabíamos cómo iba a acabar.

Din-dong. Primer cuarto.

Se levantó de la mesa sin pedir permiso.

Din-Dong. Segundo cuarto.

Le miramos, sorprendidos, no esperábamos que lo hiciera de aquella manera.

Din-Dong. Tercer cuarto.

Salió por la puerta del salón mientras “él” y yo nos mirábamos.

Din-Dong. Cuarto cuarto.

Fuimos tras él, subiendo antes el volumen para oír las campanadas y con las uvas en las manos.

Dooon. Una.

Cogió la maleta.

Doon. Dos.

La abrió metiendo en ella todo cuando caía en sus manos. Sin organización ninguna.

Doon. Tres.

Intentamos convencerle, aunque con las uvas en las manos y en la boca sin poder hablar, era
complicado.

Doon. Cuatro.

Terminó de meter todo cuando tenía, la verdad es que no eran demasiadas cosas a pesar de todo el tiempo que había pasado con nosotros…

Doon. Cinco.

Él intento convencerle para que se quedara, dejando las uvas a un lado e intentando hacerle razonar. No había que irse así, podría quedarse y hablarlo… Yo mientras aproveche para seguir comiendo uvas y mirar la escena desde lejos. Necesitaba la suerte de las uvas y sabía que nada que dijera le haría cambiar de opinión.

Doon. Seis.

Cerró la maleta y nos miró con desprecio.

Doon. Siete.

Abrió la ventana. “No quiero que aquí quede nada que os recuerde a mí. Ni mi olor”.

Doon. Ocho.

Rompió las fotos suyas que había en la habitación. Ya estaban fragmentadas; esto venía de lejos.

Doon. Nueve.

Nos miró, cogió la maleta y nos pidió permiso para pasar.

Doon. Diez.

Nos apartamos. Yo todavía seguía comiendo uvas y miraba extrañado la situación. Pero era algo entre ellos.

Doon. Once.

Se despidió de nosotros. Nos deseó buena suerte y que lo pasáramos bien. Que no le esperásemos y que no volvería nunca.

¡PLOOOOON!. Doce.

El portazo hizo de campanada. Y allí nos quedamos él y yo. Mirándonos, sin saber muy bien que decir. Apenas nos conocíamos, pero tendríamos tiempo para hacerlo. Decidí romper el hielo.

- Antes de todo felicidades. Y espero pasar buenos ratos contigo. Y ahora que el 2009 se ha ido y no piensa volver. ¿Qué planes tienes 2010?

Él me sonrió cariñosamente. Mientras colgaba su foto en donde habían estado las de 2009.

¡¡Feliz 2010 a todos los lectores!! Y espero que a vosotros también os sonria. ;o)
Y como es año nuevo y no me funciona la foto de la parte superior: ¡Tendré que cambiar el diseño del blog.... espero no cargarmelo! xD