martes, 6 de octubre de 2009

Lágrimas

Una lágrima empezó a caer por su mejilla y sólo pudo pensar en la frase “Quien bien te quiere, te hará llorar”. La miró de nuevo. Allí, impasible, estaba ella, medio desnuda tal cual la había dejado sobre la mesa.

- Esta será la última lágrima que suelte por ti. – Le dijo en un tono cada vez mas alto. – Hasta el gorro me tienes. Te vas a enterar.

Se dio la vuelta, soltó aquello que tenía en su mano y cogió el cuchillo más afilado que encontró. Rápidamente se dio la vuelta y sin que ella se lo esperase, se lo clavó una y otra vez.

Mientras hacía esto no podía hacer más que llorar, pero no estaba arrepentido. Una vez la despiezó en pequeños trocitos, la echó en una sartén y la puso al fuego.

-¡A ver, María! – Gritó - ¿Dónde está el pimiento rojo que necesito? ¡Ya tengo la cebolla al fuego!

Dedicado a todos los cocinillas que saben lo que es "sufrir" una perdida de una cebolla...

7 comentarios:

Dino dijo...

Pero que grande que eres macho! Al principio he pasao miedo pero es tan GRANDE!

Me ha encantao!

Thanos_Malkav dijo...

Mola, aunque a mitad del relato se veía venir que iba a ser una cebolla :P

Pan dijo...

Sin duda una perdida terrible. Podrias haber hecho un sofrito de tomate y de paso le metías algo de sangre.

Saludos

Iorgeus dijo...

Dino: Ya escribiré un relato de los de asustarse... Muajajajaja

Thanos_Malkav: Si, la verdad es q era un poco previsible desde el principio.. pero hay que escribir un poco de todo :)

Pan: Mmmm no es mala idea lo del sofrito... Creo que en caso de necesitar efectos especiales en algún relato ya se con quien tengo que contar :)

Saludos para los tres; es decir: Salutres!

elgritodeltiempo dijo...

contigo pan y cebolla!


Anda que no me hacen a mi llorar las muy ...
ya ni con las gafas de sol se me pasa la llorera.

Acuática dijo...

Mi hermana pela las cebollas con gafas de sol para evitar estos incidentes. A ver si aprende el protagonista de tu relato :P

elgritodeltiempo dijo...

A mi las gafas de sol ya no me funcionan...
será que la cebolla se ha comido mi inmunidad...