jueves, 5 de noviembre de 2009

Tranquilidad

Qué distintos son los cuentos desde que en tu cabeza vas pensando ideas hasta que te pones a escribirlos y al final los ves plasmados sobre el papel la pantalla. Auque algunas ideas iniciales se pierdan.
¡Y qué diferentes son tambien las interpretaciones!
La distinferencia como diría yo.

Él viento le daba en la cara mientras la velocidad crecía a cada momento.

Era justo lo que necesitaba. Olvidarse de todo, atreverse a hacer algo que nunca hubiera probado, sentirse una mota de polvo en el universo. Una mota de polvo sin problemas, sin preocupaciones, sin sinsentidos.

Iba a coger un cigarrillo del bolsillo cuando se dio cuenta de que no los llevaba, los había dejado en el asiento; en el bolsillo tan solo estaban las llaves de su casa y el Mp3. Daba igual. Disfrutaría del paisaje: El verde y el azul se mezclaban con el amarillo y el marrón dando una especie de arcoíris cuatricolor. Le gustaba aquello. Los colores se acercaban cada vez más y más e incluso llegaba a distinguir pequeñas cosas.

Relajarse… ¿Cuántas veces le habían hablado de esa palabra? Ahora que lo descubría (de una manera muy poco ortodoxa) no quería q esa sensación acabase. Incluso las ganas de fumar desaparecían. Se dio la vuelta y miró hacia el cielo. El avión que hace un momento estaba sobre su cabeza se había desplazado a su izquierda, y las nubes tapaban al sol produciendo un bonito efecto con sus rayos. Puso sus manos entrelazadas bajo su cabeza. ¿Por qué no habría hecho eso antes? Respiró hondo y se permitió el lujo de cerrar un momento los ojos. Se sentía tan cómodo, tan ligero…

¿Ligero? ¡No podía ser! Dio un salto en el aire y se tocó la espalda. ¿Por qué le tenía que pasar esto a él? ¡Y justo hoy! Volvió a darse la vuelta. Y miró de nuevo hacia abajo. Ahora el tiempo parecía ir mucho más rápido para estar en su contra. Maldito tiempo.

Pensó: “En fin” y sacó el MP3 del bolsillo y se puso los cascos en los oídos. Mientras elegía una canción y el suelo se acercaba más y más a él, permaneció tranquilo. Le gustaba esa sensación y no pensaba echarla a perder el poco tiempo que le quedaba.

Sonrió. En sus oídos sonaba Requiem por un sueño.

4 comentarios:

Acuática dijo...

Mira que es peligroso el paracaidismo... :)
Estoy totalmente de acuerdo con lo que comentas sobre las diferencias del cuento en tu cabeza y el que finalmente se plasma en el papel. Una vez comencé a escribir un cuento sobre eso, pero terminé desechándolo porque no me había quedado tan guay como lo había imaginado...

Iorgeus dijo...

Bieeeeen!!! Eres la primera persona que lo ha entendido!!! xD Toy muy orgulloso de ti!! :)
Mmmm yo tambien desecho cuantos por esas cosas... pero es que hay algunos que suenan tan bien en la cabeza, que la desilusión es enorme...

Thanos_Malkav dijo...

Mola :) aunque debo decir que lo he visto venir a la mitad del relato (aspecto que no quita que me haya gustado como lo narras todo).

Y si, es un problema no conseguir el resultado esperado cuando le das vida a un relato que tienes en la cabeza.

Iorgeus dijo...

Sí, era un poco previsible... pero con el anterior ya tuve una mala experiencia... sólo Marina lo entendió ... :)
(Y aún así este tampoco es tan facil eh? Que he oido varias interpretaciones! ) :) Me alegra que te haya gustado :)