martes, 12 de enero de 2010

Mírate en el espejo

Uno de estos relatos que escribes, no quieres publicar y con el tiempo toma otra perspectiva distinta (o ese... nosequédequéseyo) y ya puedes publicarlo. Tantos y tantos ejemplos.

- Por favor, pase, pase, ¿Sabe porque está aquí verdad? – El hombre de traje del otro lado del escritorio tenía la cara seria y un tono neutro de voz. Muy tranquilo, como quien sabe que hace su trabajo y que lo hace bien.
- Buenas tardes. No, no lo tengo muy claro. Bueno, una ligera idea… Mire, déjeme explicarme… Yo – Empecé a decir.
- No, no hace falta que se explique. Ya he oído demasiadas veces demasiadas explicaciones. Son siempre las mismas, adornadas con más o menos mentiras y resumidas o con un excesivo análisis. Prefiero omitir eso. ¿Usted realmente cree que podría seguir aquí?
- Bueno… Sé que no es como antes, pero todavía puedo hacer cosas bien. No sé si recuerda el día en que…
- Si, si, todos tenemos algún magnifico día que recordar y espero que lo guarde con mucho cariño. Pero ¿Se ha parado a mirarse alguna vez al espejo?
- Bueno, no suelo…
- ¡Pues debería soler! Mírese en aquel espejo de pie. ¿Qué ve?
- Un payaso.
- No, mírese bien. Mírese de verdad. ¿Ve un payaso? ¿Dónde están los colores? ¿Dónde la sonrisa? ¿Donde la gracia? ¿Lo ve? ¡Ya no eres tú!

Y de pronto la imagen que tenía ante sí cambió. Ya no estaba delante de un espejo lleno de colores con grandes zapatos y nariz rojos, acababan de desaparecer los tirantes, los colores vivos y el pelo de colores. También dejó de ver su sonrisa: una cara sería llenaba su rostro, con unos ojos expresivos que chillaban por intentar dar su opinión pero que no pudieron darla.

En aquel espejo realmente se vio tal y como era. Y no le gustó demasiado.

- ¡Puedo cambiar de nuevo! ¡Volveré a vestir de colores, volveré a sonreír, volveré a ser yo!
- Con eso sólo lograrías llegar a ser un bufón. Has de aceptarlo. Este ya no es tu sitio. Tendrás que dejar el circo. Vete recogiendo las cosas.

Volvió a mirarse en el espejo antes de salir.

“Volveré a ser un payaso y se lo restregaré por la cara mientras doy volteretas en el aire. Volveré a ser yo mismo… pero hasta que ese día llegue tendré que aprender a convivir con el blanco y el negro en que me he convertido… Un triste Mimo callejero”

5 comentarios:

Thanos_Malkav dijo...

Mola, aunque cuidado con frases como: "Ya he oído demasiadas veces demasiadas explicaciones", porque queda raro tener tanto "demasiadas", (si, lo se, soy un tiquismiquis).

Iorgeus dijo...

Siempre hay frases que me suenan raras pero no las localizo! ...
Desafortunadamente me pasa lo mismo en los examenes... :P

Acuática dijo...

Yo escribí un cuento sobre un mimo callejero, a ver si te lo paso en algún momento. No me imaginé que fueras a salir por el mundo del circo...

Anita Dinamita dijo...

Menos mal que finalmente lo publicaste!
Saludos

Reina dijo...

Genial cuento... vivimos en blanco y negro y no nos damos cuenta de dónde ni cuando perdimos los colores...
Un saludo