Creo que no hay mejor título para el primer relato del 2010.
Tratratratratratratratratratratratratratratra….
La bola bajaba a toda velocidad mientras todo caía con ella. Aquello sabíamos cómo iba a acabar.
Din-dong. Primer cuarto.
Se levantó de la mesa sin pedir permiso.
Din-Dong. Segundo cuarto.
Le miramos, sorprendidos, no esperábamos que lo hiciera de aquella manera.
Din-Dong. Tercer cuarto.
Salió por la puerta del salón mientras “él” y yo nos mirábamos.
Din-Dong. Cuarto cuarto.
Fuimos tras él, subiendo antes el volumen para oír las campanadas y con las uvas en las manos.
Dooon. Una.
Cogió la maleta.
Doon. Dos.
La abrió metiendo en ella todo cuando caía en sus manos. Sin organización ninguna.
Doon. Tres.
Intentamos convencerle, aunque con las uvas en las manos y en la boca sin poder hablar, era
complicado.
Doon. Cuatro.
Terminó de meter todo cuando tenía, la verdad es que no eran demasiadas cosas a pesar de todo el tiempo que había pasado con nosotros…
Doon. Cinco.
Él intento convencerle para que se quedara, dejando las uvas a un lado e intentando hacerle razonar. No había que irse así, podría quedarse y hablarlo… Yo mientras aproveche para seguir comiendo uvas y mirar la escena desde lejos. Necesitaba la suerte de las uvas y sabía que nada que dijera le haría cambiar de opinión.
Doon. Seis.
Cerró la maleta y nos miró con desprecio.
Doon. Siete.
Abrió la ventana. “No quiero que aquí quede nada que os recuerde a mí. Ni mi olor”.
Doon. Ocho.
Rompió las fotos suyas que había en la habitación. Ya estaban fragmentadas; esto venía de lejos.
Doon. Nueve.
Nos miró, cogió la maleta y nos pidió permiso para pasar.
Doon. Diez.
Nos apartamos. Yo todavía seguía comiendo uvas y miraba extrañado la situación. Pero era algo entre ellos.
Doon. Once.
Se despidió de nosotros. Nos deseó buena suerte y que lo pasáramos bien. Que no le esperásemos y que no volvería nunca.
¡PLOOOOON!. Doce.
El portazo hizo de campanada. Y allí nos quedamos él y yo. Mirándonos, sin saber muy bien que decir. Apenas nos conocíamos, pero tendríamos tiempo para hacerlo. Decidí romper el hielo.
- Antes de todo felicidades. Y espero pasar buenos ratos contigo. Y ahora que el 2009 se ha ido y no piensa volver. ¿Qué planes tienes 2010?
Él me sonrió cariñosamente. Mientras colgaba su foto en donde habían estado las de 2009.
¡¡Feliz 2010 a todos los lectores!! Y espero que a vosotros también os sonria. ;o)
Tratratratratratratratratratratratratratratra….
La bola bajaba a toda velocidad mientras todo caía con ella. Aquello sabíamos cómo iba a acabar.
Din-dong. Primer cuarto.
Se levantó de la mesa sin pedir permiso.
Din-Dong. Segundo cuarto.
Le miramos, sorprendidos, no esperábamos que lo hiciera de aquella manera.
Din-Dong. Tercer cuarto.
Salió por la puerta del salón mientras “él” y yo nos mirábamos.
Din-Dong. Cuarto cuarto.
Fuimos tras él, subiendo antes el volumen para oír las campanadas y con las uvas en las manos.
Dooon. Una.
Cogió la maleta.
Doon. Dos.
La abrió metiendo en ella todo cuando caía en sus manos. Sin organización ninguna.
Doon. Tres.
Intentamos convencerle, aunque con las uvas en las manos y en la boca sin poder hablar, era
complicado.
Doon. Cuatro.
Terminó de meter todo cuando tenía, la verdad es que no eran demasiadas cosas a pesar de todo el tiempo que había pasado con nosotros…
Doon. Cinco.
Él intento convencerle para que se quedara, dejando las uvas a un lado e intentando hacerle razonar. No había que irse así, podría quedarse y hablarlo… Yo mientras aproveche para seguir comiendo uvas y mirar la escena desde lejos. Necesitaba la suerte de las uvas y sabía que nada que dijera le haría cambiar de opinión.
Doon. Seis.
Cerró la maleta y nos miró con desprecio.
Doon. Siete.
Abrió la ventana. “No quiero que aquí quede nada que os recuerde a mí. Ni mi olor”.
Doon. Ocho.
Rompió las fotos suyas que había en la habitación. Ya estaban fragmentadas; esto venía de lejos.
Doon. Nueve.
Nos miró, cogió la maleta y nos pidió permiso para pasar.
Doon. Diez.
Nos apartamos. Yo todavía seguía comiendo uvas y miraba extrañado la situación. Pero era algo entre ellos.
Doon. Once.
Se despidió de nosotros. Nos deseó buena suerte y que lo pasáramos bien. Que no le esperásemos y que no volvería nunca.
¡PLOOOOON!. Doce.
El portazo hizo de campanada. Y allí nos quedamos él y yo. Mirándonos, sin saber muy bien que decir. Apenas nos conocíamos, pero tendríamos tiempo para hacerlo. Decidí romper el hielo.
- Antes de todo felicidades. Y espero pasar buenos ratos contigo. Y ahora que el 2009 se ha ido y no piensa volver. ¿Qué planes tienes 2010?
Él me sonrió cariñosamente. Mientras colgaba su foto en donde habían estado las de 2009.
¡¡Feliz 2010 a todos los lectores!! Y espero que a vosotros también os sonria. ;o)
Y como es año nuevo y no me funciona la foto de la parte superior: ¡Tendré que cambiar el diseño del blog.... espero no cargarmelo! xD
5 comentarios:
Pero que enormerrimo XDDDDD
Me olía algo así viniendo de ti, pero aún así enorme!
Feliz 2010
Me alegro de que te haya gustado :)
Al final va a resultar que soy previsible dentro de la imprevisibilidad... Me re-imprevisibilizaré de nuevo .. ya verás muajajajaja :)
1 abrazo!!! Y feliz 2010!!
eres asi y punto, previsible o imprevisible...
pero si arrancaste al sonrisa,si!
bss
feliz 2010 a ti tb (señor caposo)
Me gusta mucho la idea, aunque como han dicho, se ve venir desde el principio (que no quiere decir que sea un problema :P)
Muy original, pero yo tb me lo he olido. Deberías haberlo acortado :)
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