martes, 8 de septiembre de 2009

Erase una vez...

Erase una vez…

No, esta historia es tan distinta que no puede empezar con algo tan similar a lo de siempre… Pensemos… Es esta vez. (Eso sí puede ser un gran principio)

Es esta vez una niña en un cercano país. Un país pequeñito, tan pequeñito, que cuando nació apenas aunaba más del propio palacio y un par de casas adyacentes de familiares y amigos.
Ese pequeño reino poco a poco comenzó a crecer, y creció tanto como la niña iba creciendo, a esas casas conocidas se juntaros otras nuevas, y poco a poco empezó a convertirse en un gran reino (incluso llego otro príncipe co-heredero; con gran parecido con la princesa por cierto).

Pero de esto ya hace mucho tiempo… o quizá no, nunca se sabe con estas historias tan contadas de boca en boca.

Según me dijeron el reino creció hasta que fue demasiado grande como para abastecerlo, y la niña tuvo que huir a una “terra nova” para tratar de seguir allí con su antigua vida. Seguro que al principio fue más o menos duro, con largas visitas a su antiguo reino; rememorando banquetes reales y fiestas que se alargaban hasta la madrugada. Pero después poco a poco esa terra nova se convirtió en un perfecto caldo de cultivo para muchas historias y aventuras, así como fiestas, banquetes y corrales de comedias.

¿Problemas? ¡Pues claro que los hubo! Todo país que se precie tiene sus dragones y sus malvadas brujas, pero para ello están los caballeros, los escuderos, las cortesanas y los duendecillos del bosque. Cada vez que algo se avecinaba, la niña y cuantos le rodeaban se hacían más fuertes. Eso siempre ayuda.

¿La niña sigue siendo princesa? La niña sigue siendo princesa y la niña sigue siendo niña. Principes y bufones que la han conocido lo confirman: Con el paso de los años desarrollo la extraña habilidad (¿un encanto? ¿Un embrujo? ¿Una rareza?) de crecer sin crecer y cumplir incumpliendo los años. Todo cambia, pero sus 17 permanecen una y otra vez.

¿Y los países? ¿Qué fue de los países? ¿Sigue gobernando en ambos? Claro que sí. El reino ha crecido mucho desde entonces. Nuevos reinos y repúblicas han aparecido y muchas nuevas personas ahora viven con la princesa. Pero ahora es una princesa encubierta, sólo es princesa cuando nadie la ve, cuando se siente en un momento triste o melancólico, basta con mirar hacía cualquier lado y saber que todo aquello forma parte de su reino, que aquello está lleno de gente que la necesita y que son muchos los aldeanos, o campesinos que darían sus tierras por hacerla feliz. Aunque ella no las aceptaría

¿Y después que ocurre? Nadie lo sabe. Hay quien dice que nadie conoció a esa princesa. Algunos dicen haberla perdido tras una estancia en el reino. Hay también algunos que aseguran haberla visto paseando por algunas calles de alguna transitada ciudad. Y muchos (los más) aún esperan verla, hablar con ella y entrar a formar parte de su reino. Un reino con larga vida y que por algún misterio hace rejuvenecer y sentir la alegría de los 17 a aquellos que entrar a formar parte de él.)

Quién sabe. Quizá tú, yo o algún conocido, entremos a formar parte de aquel reino.

¿Te vienes a encontrar a la niña? Vayamos por el camino de los patos. Abre bien los ojos...

4 comentarios:

Irene dijo...

Me encanta! Yo también tengo un nuevo favorito =). Muchas gracias, Jorge. Es genial, de verdad.

Acuática dijo...

¡Qué cuento más cuento!Te ha quedado un regalo muy chulo...
Bss

Irene dijo...

Hay que ver cómo te las apañas siempre para hacerme de rabiar aunque sea un poquito, eh? Mantendremos TODOS (ejem, ejem) abiertos los ojos a ver si encontramos algo...
Un besito!

Iorgeus dijo...

No te hago rabiar!!! Además, se de buena tinta (de calamar del baltico) que no se xq me da a mi que este cuentecillo hace que asome algun atisbo de sonrisa de esas que a veces tardamos tanto en encontrar.
Este cuento deberia ser de lectura obligatoria por las noches :)
bzts!